El discurso trata sobre la continuidad y expansión de los programas sociales en México bajo la administración actual, enfatizando el compromiso con los derechos sociales, el combate a la corrupción y la justicia social. La oradora destaca tres programas principales:
Por favor, suscríbase a nuestro canal.
-
Pensión para Mujeres de 60 a 64 Años
Este programa reconoce el trabajo no remunerado de las mujeres en el hogar, otorgándoles un apoyo económico mensual. La oradora subraya que este esfuerzo es un reconocimiento al papel fundamental de las mujeres en la sociedad, especialmente al llegar a los 60 años, cuando suelen asumir responsabilidades familiares adicionales. -
Becas para Estudiantes de Educación Pública
Se ha iniciado un esquema de becas universales para todos los estudiantes de secundaria en escuelas públicas, con planes de expandirlo a primaria y preescolar. El objetivo es garantizar que las familias puedan cubrir los gastos relacionados con la educación, como uniformes, útiles escolares y alimentación, consolidando el derecho a la educación gratuita y de calidad. -
Salud Casa por Casa
Este programa está diseñado para brindar atención médica preventiva a personas adultas mayores y personas con discapacidad, mediante visitas periódicas de personal médico y enfermería directamente a los hogares. También se planea la instalación de farmacias del bienestar junto a los bancos del bienestar para facilitar el acceso a medicamentos gratuitos.
Además de estos nuevos programas, se subraya la continuidad de otros esfuerzos como la pensión universal para adultos mayores, apoyos a jóvenes de bachillerato, fertilizantes gratuitos para campesinos y el programa “Sembrando Vida”.
Diferencias con Periodos Anteriores
La oradora critica las políticas del periodo neoliberal (1982-2018), señalando que durante ese tiempo se priorizó la privatización y se negó el rol del gobierno en la garantía de derechos sociales. Esto, argumenta, generó desigualdades y corrupción. Ahora, bajo la Cuarta Transformación, se priorizan los derechos del pueblo sobre los intereses privados, con principios de justicia social, cero corrupción y gobernar junto al pueblo.
Hacia un Futuro Democrático
Se resalta que el año 2025 será histórico, no solo por los avances sociales, sino también porque México será pionero al implementar la elección popular de jueces y magistrados, fortaleciendo así la democracia y la representación ciudadana en el poder judicial.
En resumen, el discurso celebra los logros alcanzados, presenta los nuevos programas como un reflejo del compromiso social del gobierno y traza una visión esperanzadora hacia un futuro más justo y equitativo para todos los mexicanos.
…jueces, magistrados y magistradas también serán elegidos por el pueblo de México. Esto es parte de un compromiso que hicimos como gobierno de la transformación, porque no puede haber un poder separado del pueblo, ni tampoco uno que actúe solo en favor de intereses económicos o políticos. El poder judicial tiene que ser un verdadero representante de la justicia, no de privilegios, y por eso queremos que sea el pueblo quien decida quiénes deben ocupar esos puestos tan importantes. Este cambio histórico garantizará que las leyes se apliquen con justicia para todos y todas, sin favoritismos, sin corrupción y con pleno respeto a los derechos humanos.
Hasta ahora, muchas decisiones del poder judicial han sido cuestionadas porque benefician más a los grandes empresarios que al pueblo. ¿Por qué? Porque los jueces y magistrados no rinden cuentas a nadie más que a sus propios intereses o al de unos pocos grupos de poder. Pero eso se acabó. Ahora, con esta reforma, el pueblo será el encargado de elegir a quienes impartirán justicia. Será la gente quien evalúe a las y los candidatos, revisando sus trayectorias, sus méritos, y sobre todo, su compromiso con el bienestar de las y los mexicanos.
Cuando tengamos un poder judicial verdaderamente democrático, será más fácil garantizar que los derechos de todas las personas se respeten. Nadie podrá abusar de su poder, y aquellos que intenten hacerlo enfrentarán consecuencias. Además, con la participación del pueblo en la elección de jueces y magistrados, daremos un paso más hacia la consolidación de nuestra democracia. Porque la democracia no solo es votar por un presidente o un gobernador; la democracia es construir juntos un país justo, igualitario y con oportunidades para todos.
Algo que ha caracterizado a esta transformación es que el gobierno está más cerca del pueblo que nunca. Antes, los gobernantes se encerraban en sus oficinas, rodeados de lujos y alejados de la realidad que vivían millones de mexicanos. Ahora, las cosas son diferentes. Cada programa, cada obra, cada acción del gobierno está diseñada para beneficiar a quienes más lo necesitan. Y no solo eso: siempre estamos atentos a lo que la gente necesita, escuchamos sus demandas y trabajamos para resolver sus problemas.
Un ejemplo claro de esto son las visitas que hacemos a las comunidades más alejadas, donde las necesidades son mayores. En esas visitas, no solo llevamos apoyos y programas, sino que también escuchamos las preocupaciones de la gente. ¿Qué falta? ¿Qué podemos mejorar? ¿Qué otras necesidades tienen? Porque gobernar no es imponer desde arriba, es construir juntos desde abajo. Es por eso que seguimos recorriendo el país, llevando los programas de bienestar a todos los rincones de México.
Además de continuar con los programas que ya existían, hemos implementado nuevas iniciativas que buscan atender problemas específicos que antes no se consideraban. Ya hablamos de la Pensión Bienestar para Mujeres de 60 a 64 años, un programa que reconoce el trabajo invisible y no remunerado de millones de mujeres que han dedicado su vida al cuidado de sus familias. También mencionamos la beca universal para estudiantes de secundaria, que garantiza que ningún niño o niña se quede sin estudiar por falta de recursos.
Pero hay otro programa que merece ser destacado: Salud Casa por Casa, que no solo representa un avance en materia de salud, sino que también es un reconocimiento a la dignidad de las personas mayores y de quienes viven con discapacidad. En lugar de que sean ellos quienes se desplacen a los centros de salud, ahora es el gobierno quien va a sus casas. Esto es un cambio profundo en la forma de entender la salud pública, porque pone a las personas en el centro de las políticas. Ya no es un sistema que exige sacrificios a quienes menos pueden, sino uno que se adapta a sus necesidades.
El impacto de este programa no solo se refleja en la salud de las personas, sino también en su calidad de vida. Muchas personas mayores, por ejemplo, habían dejado de acudir al médico porque el transporte era caro o porque sus familiares no podían acompañarlos. Ahora, con las visitas médicas a domicilio, esas barreras desaparecen. Además, el seguimiento constante permite detectar problemas de salud a tiempo, evitando complicaciones mayores y mejorando las expectativas de vida de miles de mexicanos.
La Cuarta Transformación no es solo un cambio de gobierno, es un cambio de paradigma. Es una nueva forma de entender la política y el servicio público, basada en los principios de justicia, igualdad y honestidad. Uno de los pilares de esta transformación es la lucha contra la corrupción, un mal que durante décadas frenó el desarrollo del país y profundizó las desigualdades.
En el pasado, los recursos del pueblo eran desviados hacia bolsillos privados. Grandes obras públicas se convertían en monumentos a la corrupción, dejando a las comunidades sin los servicios básicos que realmente necesitaban. Ahora, cada peso del presupuesto se invierte en beneficio del pueblo. Ya no hay cabida para los moches, las comisiones ilegales ni los contratos inflados. Todo se hace de manera transparente y con rendición de cuentas.
Además, esta transformación está guiada por el principio de que primero deben atenderse las necesidades de quienes menos tienen. No se trata de regalar nada, como algunos critican. Se trata de garantizar derechos que habían sido negados durante años. Porque cuando se apoya a los más vulnerables, toda la sociedad se beneficia. Es como un árbol, como mencionamos antes: si se riega desde las raíces, todo el árbol crece fuerte y sano.
No podemos hablar de la Cuarta Transformación sin reconocer el papel fundamental del presidente Andrés Manuel López Obrador. Bajo su liderazgo, México inició un proceso de cambio profundo que hoy continúa con fuerza. Su compromiso con el pueblo, su valentía para enfrentar a los poderes fácticos y su visión de un México más justo y solidario han sido una inspiración para millones de personas.
El presidente López Obrador sentó las bases de un nuevo modelo de desarrollo, basado en la justicia social y la redistribución de la riqueza. Gracias a sus reformas, programas como la Pensión Universal para Adultos Mayores y las becas para estudiantes son ahora derechos constitucionales, garantizados para todas las generaciones futuras. Su legado es un México más equitativo, donde el bienestar no es un privilegio, sino un derecho.
Mirando hacia adelante, el reto es consolidar todo lo que hemos logrado y seguir avanzando. Sabemos que no será fácil, porque siempre habrá quienes se opongan al cambio. Pero también sabemos que contamos con el apoyo del pueblo, que es la verdadera fuerza detrás de esta transformación. Unidos, podemos superar cualquier obstáculo y construir el México que todos soñamos: un país donde la justicia, la igualdad y el bienestar sean una realidad para todos.
En 2025, México será un ejemplo para el mundo. Será un país que demuestra que es posible gobernar con honestidad, que es posible reducir las desigualdades y que es posible poner al pueblo en el centro de las políticas públicas. Juntos, con la fuerza del pueblo y el compromiso de nuestro gobierno, haremos historia.
0 Comentarios