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EN MÉXICO NO QUIEREN EL VOTO MEXICANO

La visita de Donald Trump a México representa un giro notable en su campaña electoral. Al inicio de su carrera política hacia la Casa Blanca, Trump se hizo famoso por sus duras críticas hacia los inmigrantes mexicanos, llegando a insultarlos y prometer políticas estrictas en materia de inmigración. Sin embargo, tras ser oficialmente nominado como candidato presidencial por el Partido Republicano, ha suavizado su discurso y ahora intenta captar el voto de las minorías, incluyendo a los mexicanos y otros grupos latinos. Este cambio de tono sugiere una estrategia más amplia para ampliar su base de votantes.

EN MÉXICO NO QUIEREN EL VOTO MEXICANO

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En estos momentos cruciales para la campaña presidencial, tanto Kamala Harris como Donald Trump han puesto su mirada en México como un lugar estratégico para hacer campaña política. Ambos candidatos reconocen la importancia del voto hispano, no solo de los estadounidenses de origen latino, sino también de los ciudadanos estadounidenses que viven en México, muchos de los cuales tienen familiares y lazos directos con ambos países. La pregunta que surge es si México debería recibir a Donald Trump como candidato presidencial para permitirle hacer campaña en el país, o si, por el contrario, debería negársele la entrada recordando sus políticas pasadas y lo que prometió hacer contra los inmigrantes y trabajadores mexicanos.


Es importante recordar que Trump, durante su mandato como presidente, implementó una serie de políticas que fueron altamente controvertidas y dañinas para la comunidad inmigrante, particularmente para los mexicanos. Esto incluyó la separación de familias en la frontera, la construcción de un muro fronterizo y la intensificación de las deportaciones. Sin embargo, ahora, en su nuevo esfuerzo por llegar nuevamente a la Casa Blanca, ha moderado su retórica con la esperanza de atraer a votantes latinos y minorías en general.

Por otro lado, Kamala Harris, como candidata demócrata y actual vicepresidenta de los Estados Unidos, también ha anunciado su intención de visitar México como parte de su campaña. Harris promete establecer relaciones más estrechas con la nueva presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, una relación que marcaría un hito, ya que sería la primera vez en la historia que ambos países estarían liderados por mujeres. Este enfoque no solo busca fortalecer los lazos diplomáticos entre México y Estados Unidos, sino que también apunta a captar el voto latino a través de una serie de promesas audaces en materia de inmigración y política exterior.


Uno de los compromisos más importantes que Harris ha hecho es la eliminación del requisito de visado para los mexicanos que deseen viajar a Estados Unidos. Según esta propuesta, los ciudadanos mexicanos podrían ingresar a Estados Unidos utilizando solo su pasaporte, lo que eliminaría una de las barreras más importantes para la movilidad entre ambos países. Además, Harris ha prometido que, de ganar la presidencia, su gobierno otorgará papeles a todos los inmigrantes hispanos en Estados Unidos, no solo a los mexicanos, sino también a aquellos provenientes de otros países de América Latina que viven en Estados Unidos sin documentación. Esta promesa ha captado la atención de millones de inmigrantes que llevan años esperando una oportunidad para regularizar su situación legal en el país.

Por otro lado, Harris ha advertido en repetidas ocasiones que una victoria de Donald Trump representaría un peligro real para México. Esta afirmación no es exagerada, especialmente si se tienen en cuenta las políticas que Trump defendió durante su primer mandato, como la construcción de un muro fronterizo y la eliminación de la ciudadanía por nacimiento para los hijos de inmigrantes indocumentados. Si Trump ganara nuevamente la presidencia, es muy probable que intentara retomar estas iniciativas, lo que tendría un impacto negativo tanto en los inmigrantes como en la relación económica entre México y Estados Unidos.


Uno de los temas más controvertidos que ha surgido en la campaña de Trump es su interés en el estado de Sonora. Según diversas fuentes, Trump ha puesto su mirada en las reservas de litio que se encuentran en este estado mexicano, un recurso de gran valor estratégico en la actualidad debido a su uso en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos y otros dispositivos tecnológicos. Algunos analistas han advertido que, de llegar nuevamente al poder, Trump podría intentar presionar a México para obtener concesiones sobre estas reservas o incluso buscar una apropiación más agresiva, como ha ocurrido en el pasado con otros territorios mexicanos.

Otra de las preocupaciones que ha surgido es la posible disolución del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) si Trump vuelve a la presidencia. Durante su primer mandato, Trump criticó duramente este acuerdo, llegando a renegociarlo y amenazando con abandonarlo si no se alcanzaban mejores términos para Estados Unidos. Si esto llegara a ocurrir, México tendría que buscar nuevos socios comerciales, y aunque esto podría representar un reto a corto plazo, también abriría la puerta a nuevas oportunidades, especialmente con países como China.


De hecho, algunos expertos sugieren que México podría beneficiarse económicamente si se desvincula del T-MEC, ya que esto permitiría al país firmar acuerdos comerciales más lucrativos con otras naciones, como China. El Corredor Interoceánico, que conecta los océanos Atlántico y Pacífico a través de México, ya está en plena operación, lo que ha aumentado el flujo de mercancías a través del país. Si México lograra establecer acuerdos comerciales independientes con países como China, el impacto económico sería significativo y podría reducir su dependencia de Estados Unidos.

Kamala Harris, por su parte, ha centrado gran parte de su campaña en promesas relacionadas con la inmigración. Entre las más destacadas está su compromiso de otorgar un camino hacia la legalización para todos los inmigrantes que viven actualmente en Estados Unidos de manera indocumentada. Harris ha prometido que, en los primeros 100 días de su presidencia, firmará una ley de reforma migratoria que ofrecerá una amnistía bipartidista, lo que permitiría a millones de inmigrantes regularizar su situación y obtener la residencia legal.


Esta propuesta no solo beneficiaría a los mexicanos, sino también a los inmigrantes de otros países latinoamericanos que han llegado a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Harris ha destacado que su enfoque en la inmigración no se limitará a promesas vacías, y ha señalado que trabajará arduamente para obtener el apoyo necesario en el Congreso para que esta reforma sea una realidad. No obstante, algunos críticos señalan que este tipo de promesas ya se han hecho antes, incluso por el actual presidente Joe Biden, y no se han cumplido debido a la falta de apoyo político.

La pregunta que muchos se hacen es: ¿quién sería mejor presidente para México y para los inmigrantes, Donald Trump o Kamala Harris? Trump tiene una reputación bien establecida por sus políticas estrictas contra la inmigración y su enfoque en proteger los intereses de Estados Unidos a expensas de otros países. Sin embargo, su discurso más moderado en esta campaña sugiere que podría estar dispuesto a cambiar su enfoque para atraer a un electorado más diverso.


Kamala Harris, por otro lado, ha dejado en claro que su prioridad es la reforma migratoria y la mejora de las relaciones entre Estados Unidos y sus vecinos del sur. Sus promesas de eliminar el requisito de visado para los mexicanos y de ofrecer un camino hacia la legalización para los inmigrantes indocumentados han resonado fuertemente entre los votantes latinos. Además, Harris ha señalado que, de ser elegida, trabajará para fortalecer las relaciones económicas y diplomáticas entre México y Estados Unidos, un enfoque que contrasta con la retórica proteccionista de Trump.

Para México, las elecciones en Estados Unidos tienen implicaciones significativas. Si Trump gana, es probable que las políticas proteccionistas vuelvan a estar en el centro de su gobierno, lo que podría poner en peligro acuerdos comerciales clave y aumentar las tensiones entre ambos países. Sin embargo, si Harris es elegida, es probable que veamos un enfoque más cooperativo y una mayor atención a las preocupaciones de los inmigrantes y de la comunidad latina en general.


Uno de los mayores temores de los mexicanos es la posible deportación masiva de inmigrantes si Trump vuelve a la presidencia. Durante su primer mandato, Trump incrementó significativamente las deportaciones y endureció las políticas de inmigración, lo que causó un gran impacto en las familias mexicanas y latinoamericanas. Harris, en contraste, ha prometido trabajar para mantener a las familias unidas y ofrecer una solución integral al problema de la inmigración.

En definitiva, la visita de Donald Trump a México y las promesas de Kamala Harris reflejan dos visiones completamente diferentes sobre el futuro de las relaciones entre ambos países. Mientras Trump busca volver a la Casa Blanca con un enfoque más moderado pero aún basado en políticas proteccionistas, Harris ofrece un camino hacia una mayor cooperación y reformas que beneficiarían a millones de inmigrantes.


La decisión de quién será el próximo presidente de Estados Unidos tendrá un impacto profundo no solo en los estadounidenses, sino también en los millones de mexicanos que viven y trabajan en el país. Es importante que los ciudadanos, tanto en México como en Estados Unidos, estén bien informados sobre las políticas de ambos candidatos para tomar una decisión que favorezca el bienestar de ambos países.


¿Cuál de los dos candidatos consideras que sería más beneficioso para México y para los inmigrantes? ¿Crees que las promesas de Kamala Harris son realistas o simplemente parte de una estrategia política? Y en cuanto a Donald Trump, ¿crees que ha cambiado lo suficiente como para merecer una segunda oportunidad en la presidencia?

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